Nos proponemos explorar la trascendencia de las personas que elegimos tener a nuestro lado.
POR REDACCIÓN MADRIDCANALLA
Descubriendo las Joyas de la Vida:
En la vorágine diaria de nuestras vidas, a menudo pasamos por alto los tesoros que nos rodean. Hoy, en las páginas de MadridCanalla, nos permitimos un momento de reflexión melancólica para explorar esas cosas buenas que a veces se desvanecen por lo cotidiano, creyendote que siempre va a estar ahí.
Este artículo nos sumerge en la nostalgia, un sentimiento que, como colegas de MadridCanalla, compartimos con nuestros lectorxs. Si estás leyendo esto, eres parte de nuestra comunidad, compartiendo el mismo espíritu que define a MadridCanalla.
La realidad es que todos experimentamos días en los que las prisas y la rutina nos impiden notar la riqueza de nuestro entorno. Pero aquí, en las páginas de esta revista, nos detenemos un momento, nos volvemos un poco melancólicos, porque eso es precisamente lo que nos define en MadridCanalla la capacidad de explorar y expresar cada estado de ánimo, como lo haría un amigo de confianza.
Quizás, querido colegx, te sientas identificado con esa sensación de pasajera amnesia, cuando la vida se vuelve tan agitada que nos olvidamos de apreciar lo que realmente importa.
En este andar melancólico, nos encontramos reflexionando sobre la importancia de las experiencias compartidas. ¿Te ha sucedido alguna vez que un simple café se convierte en una joya en tu día? Esos momentos en los que te encuentras tan a gusto que el lugar se transforma, las risas fluyen y hasta el café parece tener un sabor diferente. Es en estas ocasiones cuando descubrimos que no es solo la bebida ni el lugar, sino la compañía que nos rodea, la que da vida a esos instantes.
Te propongo que retrocedas en el tiempo conmigo. Qué recuerdes aquel día en el que regresaste al mismo lugar, donde compartiste esas experiencias tan especiales con esa persona tan esencial en tu vida y pediste el mismo café, ¿pero algo había cambiado? En ese instante, comprendes que la magia no residía en la bebida ni en el entorno, sino en la persona que estaba a tu lado. Esa es la esencia con esa persona, la conexión única que se establece en esos momentos aparentemente sencillos.
Nos proponemos explorar la trascendencia de las personas que elegimos tener a nuestro lado. En un mundo donde el tiempo es un recurso valioso, merece la pena invertirlo en compañía que enriquezca nuestras vidas. «Mejor solo que mal acompañado», reza el dicho, un refrán con mucho peso, en ocasiones por no estar solos, elegimos estar con personas que no nos suman, que no tienes esa complicidad y que por no estar solos, nos agarramos a estar acompañados, eso reza el refrán y mejor es estar solos, una verdad que aprendemos a valorar con el tiempo. Los momentos de felicidad y euforia pueden nublarnos, impidiendonos apreciar la verdadera importancia de la compañía.
La realidad se manifiesta cuando perdemos a alguien especial y comprendemos cuánto dimos por sentado esa compañía. En la eventualidad de perder a alguien así, la lección se vuelve clara: valorar a esa persona que tan especial era o es para ti.
Cuando pierdes a esa persona de tu lado es cuando te das cuenta de la realidad y de que lo que dimos por sentado. Así que, apreciemos las personas que nos hacen felices, que nos miran de manera única, con las que compartimos complicidad.
En el infortunio de perder a alguien así, comprendemos en la vida lo ignorantes que fuimos, de darlo por sentado de tener a esa persona siempre a tu lado, te crees que nunca se irá de tu vida, pero ay amigx, puedes ser un ilusx (como yo) si piensas eso. Vive ese momento como si fuera el último y recuerda cuidar muy bien como si fuera un tesoro a esa persona, puedes creerte que siempre estará ahí y no, tienes que cuidarlx mucho para seguir manteniendo esa compañía. Si ya has vivido esta experiencia de perder a esa persona que te lo daba todo, no estás solo; somos compañeros en la lección que nos da la vida.