Estopa Revienta el Civitas Metropolitano: Una Fiesta Callejera de Nostalgia y Pura Rumba
POR REDACCIÓN MADRIDCANALLA
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Madrid, capital del calorro y la juerga, se rindió en la noche del sábado 22 de junio ante los hermanos más rumberos y Canallas de Cornellá. Estopa, con 25 años de carretera y manta, volvió a demostrar que lo suyo no es solo música; es un viaje en el tiempo, una conexión mágica que une generaciones. El Civitas Metropolitano se convirtió en una olla a presión, un hervidero de emociones y recuerdos que se desbordaron en un concierto épico.

Desde que anunciaron su gira de aniversario, las entradas volaron en menos de 24 horas. Y no es para menos: hablar de Estopa es recordar los primeros amores, las juergas de la juventud y los desamores que se curaban con sus letras. Esos primeros acordes de «Tu Calorro» fueron el pistoletazo de salida para una noche que ninguno de los presentes olvidará.
“Buenas noches, Madrid, esto es impresionante”, gritaban David y José al inicio del show, mientras miles de pulseras iluminadas bailaban al ritmo de sus palabras. Cuando empezaron con “Fui a la orilla del río”, la locura se desató. Más de dos horas y media de pura energía, saltos, abrazos y voces roncas de tanto cantar.
La trayectoria de Estopa en Madrid es digna de un guión de cine: de tocar en una pequeña sala Caracol casi vacía a reventar el Wizink Center y ahora el Civitas Metropolitano. “Madrid es nuestro segundo barrio”, decían entre bromas y nostalgia, recordando sus noches en La Riviera y cómo, a pesar de ser del Barça, la capital siempre les ha acogido con los brazos abiertos.

Han pasado 25 años desde que estos dos currantes de Cornellá dejaron la fábrica de coches para conquistar el mundo con «La raja de tu falda«. Y lo consiguieron, porque sus canciones de 1999, 2001, 2004 o 2011 suenan hoy con la misma frescura y fuerza. Y eso se notó el sábado: jóvenes, no tan jóvenes de todas las edades se dejaron la garganta con cada estribillo. David y José, con cervezas en mano, cantaban como en una reunión de amigos, y esa complicidad se contagiaba a todo el estadio.
“Madrid es la capital del mundo de las terrazas y los bares, es un lugar de acogida. Todo para justificar que nos vamos a tomar otra caña”, bromeaban, y el público no paraba de reír y aplaudir. En medio del espectáculo, un SEAT PANDA rojo hizo su entrada triunfal en el escenario, y la fiesta continuó con «Me falta el aliento«, dedicada a esos currantes que se levantan al alba. Le siguió «Corazón sin salida» y un solo de batería que dejó boquiabiertos a todos.

“Estos son recuerdos que no borra ni el Alzheimer. Nos habéis tratado siempre como si fuéramos madrileños y nos sentimos madrileños”, decían emocionados. Un concierto que ellos mismos aseguran contarán «a sus nietos y bisnietos«.
La noche también tuvo espacio para su último disco, «Estopía«. Canciones como «El día que tú te marches», «Ke más nos da» y «La rumba del pescaílla» levantaron a los 55.000 almas, demostrando que, aunque sean temas nuevos, se cantan con la misma pasión que los clásicos. La conexión era palpable, una fiesta intergeneracional donde todos eran uno.
David y José lo lograron: celebraron su cuarto de siglo de carrera con nueva música, dejando claro que aún tienen mucho que ofrecer. No querían un simple recopilatorio; querían que la gente sintiera su evolución y disfrutara de su nueva etapa.
El colofón fue «Me quedaré» seguida de «Como Camarón«, un cierre espectacular con un vídeo que repasaba sus humildes orígenes. Dos horas y media que parecieron minutos, una fiesta que quedará grabada en la memoria de todos. Estopa no solo puso banda sonora a nuestras vidas; el sábado, en el Civitas Metropolitano, escribieron un nuevo capítulo de su leyenda y no defraudaron. ¡Qué grandes sois David y José! ¡Qué noche, Madrid!
