El festi donde los temazos y la buena vibra no fallaron
POR REDACCIÓN MADRIDCANALLA
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¡Canallas, se lió en el Jardín de las Delicias y no podíamos quedarnos fuera! Como os adelantamos, nos invitaron a este festivalazo en Madrid y, siendo nuestra primera vez, no sabíamos muy bien qué esperar. Pero, ¿decepcionó? Ni de coña. Más bien, superó todas nuestras expectativas y nos dejó con ganas de más. Así que agarraos, que os contamos cómo se vivieron dos días de música, risas y mucha locura al estilo MadridCanalla.
Viernes: El arranque perfecto
El viernes llegamos con la adrenalina a tope. El festival comenzaba desde las 15h y nosotros ya estábamos listos para darlo todo desde el minuto uno. ¿Y cómo no, si el cartel prometía ser acojonante?
Arrancamos fuerte con Besmaya, que puso las cosas en su sitio desde el principio. Su música trepidante nos recargó las pilas y el ambiente ya olía a fiesta. Mientras la gente se movía entre escenarios, nosotros no podíamos resistirnos a quedarnos en el escenario Endesa, donde el DJ no paraba de soltar temazos. Pura energía que mantenía al público pegado a la pista entre banda y banda.
Luego, Marlon subió al escenario. ¡Menudo espectáculo de guitarras y teclados! Su estilo nos sedujo y para cuando nos dimos cuenta, estábamos todos moviendo el esqueleto como si no hubiera mañana. La verdad, estos tíos saben cómo montar un show. Llevaron como artista invitado a Álvaro de Luna, para el que cantaron el «temazo».
Pero el momento álgido del viernes llegó a las 22:00h. La leyenda de Hombres G subió al escenario y, sinceramente, fue como un viaje en el tiempo. Era la segunda vez este año que veíamos a la banda de David Summers, pero cada vez es como la primera. La gente, de todas las edades, coreaba los himnos clásicos como si fueran la banda sonora de su vida. Y no era para menos, los Hombres G nunca fallan.
@revistamadridcanalla Marlon con Alvaro de Luna en el festival jardin de las delicias (Madrid) #festival #jardindelasdelicias #madrid #musica #bandas ♬ sonido original – madridcanalla
Para cerrar la noche, la banda La La Love You llegó para darnos un chute extra de adrenalina. Sus temazos nos hicieron vibrar, saltar y dejarnos la voz cantando. Y cuando pensábamos que ya lo habíamos dado todo… ¡pues no! Aún nos quedaban unos buenos bailes con Juan Magán. Reggaetón, house, lo que fuera… ¡lo bailamos todo! La pista era un hervidero, y nosotros, por supuesto, no nos bajábamos de esa nube.
Sábado: La locura continúa
Después de un viernes tan brutal, el cuerpo nos pedía descanso, pero las ganas de más fiesta eran más fuertes. Así que el sábado nos plantamos de nuevo en el Jardín de las Delicias, dispuestos a vivir otro día inolvidable en Madrid.
El ambiente ya estaba caldeado desde bien temprano. Aunque el sábado tenía un rollo más chill al principio, las cosas se fueron poniendo serias rápido. Entre parones para comer algo, tomarnos unas cañas y disfrutar de los stands, fuimos alternando entre los escenarios. Los DJs seguían tirando hits desde el escenario Endesa, mientras nosotros nos cargábamos de energía con cada nuevo artista que subía al escenario.
La Oreja de Van Gogh: nostalgia en estado puro, pero con energía renovada
La Oreja de Van Gogh llegó a eso de las 22h de la noche para dar el pistoletazo de salida al fiestón del sábado. Y qué decir de estos cracks… Llevan más de dos décadas en la escena musical, y aunque el tiempo pasa, su capacidad para conectar con el público sigue intacta. Las primeras notas de «Rosas» o «Cuídate» hicieron que todo el mundo, sin importar la edad, se pusiera en modo karaoke colectivo.
@revistamadridcanalla La Oreja de Van Gogh en el Festival Jardin de las Delicias #madrid #jardindelasdelicias #musica #canallas #revistademadrid ♬ sonido original – madridcanalla
Es algo mágico ver cómo temas que llevan años sonando aún consiguen arrancar sonrisas y algún que otro lagrimón por ahí. Aitana, la vocalista, se dejó la piel en el escenario, interactuando con el público y demostrando que «La Oreja» sigue siendo una de las bandas más queridas del panorama nacional. Su sonido limpio y esa combinación de nostalgia con energía renovada hicieron que su concierto fuera uno de esos momentos que no se olvidan. La noche empezaba fuerte, y solo era el comienzo.
Viva Suecia: la banda que ya no necesita presentaciones
Cuando los murcianos de Viva Suecia tomaron el relevo, el ambiente ya estaba más que caldeado. Estos chicos han logrado consolidarse como una de las bandas más importantes del indie nacional en un tiempo récord, y en directo es fácil entender por qué. Su música tiene una intensidad brutal, ese tipo de canciones que te hacen sentir más de lo que esperabas. Cada acorde parece pensado para conectar con el alma, y eso fue justo lo que hicieron el sábado.
«Lo que te mereces», «Bien por ti» y «Hemos ganado tiempo» fueron solo algunos de los temas que hicieron vibrar al público. Y cuando digo vibrar, lo digo literalmente: los bajos y la batería retumbaban en el pecho de una manera que te hacía sentir cada nota. La voz de Rafa Val, el vocalista, tiene una fuerza impresionante, y junto con la energía de todo el grupo, lograron crear una atmósfera mágica. El público estaba entregadisimo, cantando cada letra como si fuera el último concierto de sus vidas. Está claro que estos tíos no solo son buenos, son brillantes. Y cada vez que suben a un escenario, lo confirman.
Taburete: el broche de oro con aires de fiesta
Y para cerrar la noche, no podía faltar la banda más irreverente del panorama festivalero: Taburete. Willy Bárcenas y los suyos ya son casi de «la casa» en el Jardín de las Delicias, y con tres ediciones seguidas en su haber, saben muy bien cómo hacer que el público lo dé todo hasta el final. Y así fue. A golpe de «Sirenas», «Amos del Piano Bar» y, por supuesto, «Caminito a Motril», consiguieron que nadie se quedara quieto.
@revistamadridcanalla Taburete en el Festival Jardin de las Delicias #festival #canallas #bandas #jardindelasdelicias #madridcanalla ♬ sonido original – madridcanalla
El concierto de Taburete es más que música, es una fiesta en toda regla. Es esa banda que te hace olvidar cualquier preocupación y te invita a desmelenarte sin pensar en el mañana. El punto culminante llegó con «Casa de Dron», esa canción que ya se ha convertido en un himno de cierre, donde todos, absolutamente todos, nos unimos en un último grito de euforia colectiva. Si alguien se había guardado algo de energía, fue aquí donde la soltó. El Jardín de las Delicias cerró su noche de sábado por todo lo alto, y nosotros no podíamos estar más contentos.
El Escenario El Bosque: la cuna de las futuras estrellas
Pero el Jardín de las Delicias no es solo el escenario principal. En el escenario El Bosque, se respiraba otro tipo de energía, más íntima, pero igual de intensa. Aquí es donde las bandas y los Djs emergentes tienen la oportunidad de mostrarse, y vaya si lo hicieron. Bandas como Dollar Selmouni, Merino, Noan, y Mike Fajardo… llenaron este espacio con propuestas frescas, originales y con una calidad que promete dar mucho que hablar.
@revistamadridcanalla Fiesta de la buena #fiesta #noche #madrid #festival #canallas ♬ sonido original – madridcanalla
Este rincón del festival es como una incubadora de talento. No es difícil imaginar que en unos años muchas de estas bandas estarán en los grandes escenarios de otros festivales. El público, aunque más reducido que en el principal, estuvo a tope, apreciando cada nota y entregándose a esas bandas que, aunque no tan conocidas, supieron cómo meterse a la gente en el bolsillo. El Bosque es, sin duda, uno de los grandes atractivos del Jardín de las Delicias, un lugar donde descubrir la música que viene y dejarse sorprender.
Organización y sostenibilidad: un festival hecho con cabeza
Si algo hay que destacar de este festival, además de la música, es la impecable organización. A diferencia de otros eventos donde te sientes como en una lata de sardinas, aquí se las han arreglado para que el espacio esté bien distribuido, evitando las aglomeraciones que tanto agobian. Los baños tenias infinidad de cabinas donde alojar tu agüita amarilla y no tener que esperar colas interminables. Todo fluye, desde los accesos hasta la barra, pasando por las zonas de descanso. Además, la seguridad siempre estuvo presente, pero sin ser invasiva, lo que contribuyó a que nos sintiéramos a gusto en todo momento. Además estando lejos del escenario, la música sonaba de puta madre, pudiendo así mantener la distancia la peña que no le mola estar apretado.
@revistamadridcanalla Como nos gusta un buen festival y una fiesta! 🤘🏻 #festival #madrid #canallasdemadrid ♬ sonido original – 𝘿𝙅 𝙊𝙈𝘼𝙍 𝘿𝙓
Y un punto que no se puede pasar por alto: la sostenibilidad. En un momento donde cada vez más festivales hablan de ser «eco», pocos lo hacen tan bien como el Jardín de las Delicias. El compromiso con el reciclaje es real, y lo notas desde que pones un pie en el recinto. Un festi que cuida de su gente y del entorno es algo que se agradece, y que le añade un valor añadido a la experiencia.
Un pero…
Por buscar un «pero», que no nos convenciera mucho del festival fueron los precios de las consumiciones, creo que la peña pagando ya una entrada de canon, se deberían de bajar un poco. Las cerves estaban a 8 pavos y las copas a 12. No es excesivamente caro, si no pagas una entrada de por sí. Pero aun así podemos entender que realizar un festi de estas características estén obligados a poner esos precios. Pero ahí lo dejamos.
Jardín de las Delicias, nos vemos el próximo año
En definitiva, este festival ha sabido combinar lo mejor de ambos mundos: grandes bandas consagradas y talentos emergentes, una organización de lujo y un ambiente donde la música, el buen rollo y la sostenibilidad se dan la mano. Nosotros, como buenos canallas, lo hemos pasado en grande y ya estamos contando los días para volver el próximo año. Porque, al final, festivales hay muchos, pero pocos te hacen sentir como en casa. Jardín de las Delicias, nos vemos en 2025.
