¿Quién tiene las agallas para ir contracorriente en un mundo donde lo fácil es asentir y seguir al rebaño?
POR REDACCIÓN MADRIDCANALLA
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Seguro que muchos ya sabéis de quién estamos hablando. Hoy, en MadridCanalla, venimos a hablar de un periodista que no solo destaca por su trayectoria, sino por su capacidad de mojarse, opinar sin filtros, y decir lo que muchos otros ni se atreven a pensar. Hablamos del inconfundible Iker Jiménez (Vitoria, 10 de enero de 1973).
Periodismo con pelotas: ¿Qué hace diferente a Iker Jiménez?
En una era donde la corrección política campa a sus anchas y los periodistas parecen más relaciones públicas que comunicadores, Iker Jiménez no se conforma con mirar hacia otro lado. Al frente de su programa Horizonte, este periodista se atreve a tocar temas incómodos que pocos medios abordan, y cuando lo hacen, lo maquillan tanto que ni se reconocen.
Iker es el típico profesional que, en lugar de seguir la corriente, se la juega. Mientras otros prefieren una vida tranquila, sin salirse del guion para no perder su silla, Iker se moja, y no con la típica lluvia fina de los discursos tibios, sino con tormentas que levantan polvo, polémica y reflexiones. Eso, amigos, es periodismo canalla.
La soledad del lobo: ¿Por qué a Iker no le gustan los rebaños?
En el mundo del periodismo, como en la vida, es fácil formar parte del grupo. Decir lo que todos quieren escuchar te garantiza halagos y retuits, pero ser el que se desmarca del rebaño te deja más solo que un DJ poniendo reguetón en un festival punk.
A Iker Jiménez parece no importarle estar solo. Su independencia le permite hablar con libertad sobre cuestiones que otros prefieren esquivar. Él no se casa con siglas, ni con bandos. No es de izquierdas ni de derechas: es de su opinión, y en un mundo donde la lealtad ciega manda, eso lo convierte en un raro espécimen.
En MadridCanalla, tenemos un término para eso: ser un auténtico canalla. Y no de los que presumen con camisetas molonas, sino de los que tienen los arrestos de desmarcarse, incluso cuando eso significa enfrentarse a las críticas más feroces.
Mojarse no es fácil, pero alguien tiene que hacerlo
En uno de sus programas recientes, Iker puso el foco en un tema tan espinoso como necesario como fue la Dana de Valencia. No dio rodeos, no adornó su discurso para evitar molestias. Dijo lo que pensaba, así de simple. ¿Y qué pasó? Pues lo de siempre: las redes explotaron, las polémicas surgieron, y las hordas de defensores de lo «políticamente correcto» afilaron sus garras. Pero mientras unos se dedican a lanzar dardos desde la comodidad de sus teclados, Iker sigue al pie del cañón, demostrando que el periodismo no es solo contar lo que pasa, sino cuestionar por qué pasa.
¿Qué define a un periodista de verdad para Madridcanalla?
Ser periodista no es leer un teleprompter o escribir lo que «toca» para mantener el puesto. Un periodista de verdad cuestiona, investiga y expone. Y, sobre todo, se moja. No importa si al que pones en la diana es de tu cuerda ideológica o no. Lo importante es mantener la integridad, y eso es algo que Iker Jiménez ha demostrado una y otra vez.
En una sociedad donde las opiniones valientes son cada vez más escasas, Iker es un ejemplo de lo que significa tener agallas. No es perfecto, ni pretende serlo. Pero mientras otros callan por miedo a perder su «pellejo», él se convierte en un espejo incómodo para quienes prefieren mirar hacia otro lado.
En MadridCanalla no nos callamos (ni Iker tampoco)
Aquí, en MadridCanalla, nos flipan los profesionales que no tienen miedo de cagarla, que se atreven a decir lo que piensan sin importar las consecuencias. Por eso, aunque no conocemos personalmente a Iker Jiménez (¡ojalá una cerveza con él algún día!), no podemos evitar aplaudir su actitud.
Iker no es un periodista más; es un canalla de los buenos, de los que incomodan al poder y despiertan conciencias. Por eso, desde aquí, le mandamos un saludo bien canalla: ¡sigue así, Iker, que el rebaño está sobrevalorado!
¿Y vosotros qué opináis? ¿Os mola la manera de hacer periodismo de Iker Jiménez o sois más de los que prefieren el camino fácil? Abrimos debate en los comentarios: mojarse está permitido.