Hoy os venimos a hablar de la famosa playa de Madrid del embalse de San Juan.
POR REDACCIÓN MADRIDCANALLA
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¡Amigos, amigas, amigues! Hoy vamos a desmontar ese mito de que en Madrid no hay playa. Y no, no estamos hablando de la nueva «playita» de Madrid Río con sus chorritos de agua que más bien parecen el grifo de la cocina. Hoy os llevamos a un lugar donde la capital se pone las gafas de sol y dice «¡aquí estamos!» con toda la chulería del mundo: El embalse de San Juan en Pelayos de la Presa.
Sí, sí, lo habéis oído bien, ¡Madrid tiene playa! Bueno, algo así. En pleno verano, cuando el asfalto de la Gran Vía parece derretirse y las terrazas están más llenas que el metro en hora punta, los más listos se escapan a este rincón escondido. ¿Qué os pensabais? ¿Que aquí en la capital no sabíamos cómo montar una buena? El embalse de San Juan es nuestro pequeño paraíso acuático, donde podemos bañarnos y tomar el sol como si estuviéramos en las costas de Cádiz.
Este embalse, que se encuentra a poco más de una hora de Madrid, en el pueblecito de Pelayos de la Presa, es uno de los únicos en la Comunidad de Madrid donde está permitido el baño. Así que, cuando escuchéis ese “vaya, vaya, aquí no hay playa” de la canción de los 80, vosotros podréis contestar con un «¡y qué, joder!». Porque en San Juan no solo os podéis bañar, sino que también podéis practicar deportes acuáticos, hacer picnics, o simplemente relajaros en la arena mientras os doráis como una buena croqueta madrileña.
¿Qué hay mejor que pasar un día de locura en compañía de los coleg@s, con unas buenas risas, chapuzones y, por supuesto, una neverita llena de birras y bocatas? Nada. Absolutamente nada. La vegetación que rodea el embalse crea un ambiente idílico, casi como si estuvierais en un anuncio de cerveza, donde la naturaleza y el agua se funden en un abrazo perfecto. La única diferencia es que aquí, el anuncio es la realidad, y la cerveza, la ponéis vosotros.
Ahora bien, si queréis que el día sea redondo, no olvidéis un altavoz de música para montar una fiesta improvisada, eso sí, siempre con respeto por los demás, que a todos nos gusta pasarlo bien sin molestar. El embalse de San Juan es tan versátil que podéis encontrar vuestro rinconcito tranquilo para leer un libro o un lugar animado para practicar deporte con los amigos. Y si os va la marcha, hasta hay zonas habilitadas para hacer nudismo, que aquí no discriminamos a nadie, mira bien antes de quitarte el bañata o el bikini.
No nos olvidemos de la puesta de sol. Esa puesta de sol sobre el embalse, cuando el agua se tiñe de naranja y el calor del día empieza a ceder, es pura magia. Es el momento perfecto para sacar unas fotitos, subirlas a Instagram y dejar a todos con la boca abierta. “¿Eso es Madrid?”, os preguntarán. “Pues sí, chaval, esto es Madrid y su embalse de San Juan”.
Así que ya sabéis, la próxima vez que alguien diga que en Madrid no hay playa, coged el coche, los bártulos playeros y tirad para Pelayos de la Presa. Porque en Madrid somos chulos hasta para inventarnos nuestras propias playas. Y lo hacemos bien. Muy bien. ¡Nos vemos en el embalse!