– Hablemos de moda, pero no de esa moda que vemos en las mejores pasarelas y en el fondo sabemos que la mayoría nunca nos lo pondríamos. De esa moda que a veces hace que nos comamos la cabeza más que con nuestros ex, que ya es decir.

«Por Paloma»


Pero la verdad es, que siempre que viene alguna ocasión especial, todos queremos cumplir y sentirnos guapos. Como por ejemplo en las bodas o comuniones. Nos comemos la cabeza pensando en qué se pondrán los demás, para no ir de más, pero tampoco de menos. Pensamos durante meses cuál es es mejor outfit. Cuando por fin después de convertirnos en hackers de todas las páginas web de nuestras tiendas de confianza y de probárnoslo conseguimos el look. No hemos terminado, no, no, tan solo hemos empezado. Ahora hay que pensar en los zapatos, que esa es otra. Por no hablar de que pasamos más tiempo pensando en ellos de lo que luego pasamos con ellos puestos. Sabiendo eso los que llevamos tacones siempre llevamos otro par para cuando nos cansemos. Es como cuando coges dos onzas del chocolate viendo tu serie favorita. Una porque te la quieres comer ya y otra por que sabes que vas a querer más pero no te quieres volver a levantar.

Otra cuestión es el bolso, ¿con qué lo combinamos?, con el outfit o con los zapatos? Que no sea demasiado pequeño porque vas a querer meter media casa para él por si acaso, pero que tampoco sea un bolso gigante porque no pega. Así que con todo y con eso cuando ya has combinado, el look, con los zapatos y el bolso, aún te queda el peinado, el make up para la ocasión y para muchas elegir la manicura. Total, que pasamos planeando la mejor combinación posible para que todo esté perfecto en la boda de tu prima Teresa, gastándote un dineral para que luego en el fondo, sea de lo que menos estés pendiente una vez haya empezado la barra libre.

Luego tenemos otra cosa muy buena. Cuando coinciden eventos seguidos. Imaginemos que tienes tres bodas seguidas. Muchos podrías pensar que teniendo el primer modelito ya lo podríamos usar para las tres ocasiones. Pero no, no os confundáis. Nuestra cabeza nunca nos dejaría ni pensarlo. ¿Cómo nos vamos a volver a poner lo mismo, con gente que ya nos ha visto así en la otra
boda? No, no. Repetir outfit no es como repetir de las croquetas de tu madre. Hay que volver a empezar todo el mismo proceso hasta conseguir el mejor look para el otro evento. Por que igual mucha gente, entre nosotros, la mayoría, no se van a acordar ni de cómo llegaron a casa en la otra boda, como para acordarse de tu outfit. Pero nosotras sabemos que aparte del reciente fotobook que nos marcamos para subir nuestro pedazo de modelito a las redes y presumir de conjunto. Tu cuñada la agradable se va a acordar perfectamente de esos zapatos que llevabas y de ese vestido que te pusiste. Por lo que no podemos permitir que eso pase. Además, no podemos subir dos fotos vestidos iguales para ocasiones diferentes.


Los monos son y siempre serán un gran acierto


Otro de los problemas más frecuentes con la moda es cuando tienes una cena, un cumple, o un evento familiar importante. Tenemos ropa para cada día de la semana, sobrando más de varios conjuntos para el fin de semana. Pero ahora que estamos en navidad y que sabes que te vas a juntar con toda la familia. No tenemos ropa. No sabemos qué ponernos, no nos convence nada. Entramos en crisis. Sí, totalmente cierto.

Nos convertimos en los mejores corredores del mundo. Pero no hablo de correr. Eso lo dejamos cuando hacíamos educación física obligatoria en el colegio, no. Hablo de las carreras
express de las compras navideñas. Aquí da igual a que hora salgas de casa, que tengas que hacer luego, o el horario de las tiendas. Para ti nunca es tiempo suficiente. Además, navidad es la ocasión perfecta para ponerte todos esos looks que has creado durante este año pero que nunca te has puesto porque te parecían too much. Ahora no hay prejuicios. En navidad es como el día que sales a por todas con tus amigos de fiesta, todo vale. Aquí ya no puedes sino debes ponerte esos pedazos de vestidos, faldas o pantalones bien de brilli o de lentejuelas. No vayas a ir todas las fiestas de total black . Mezcla colores. Ya nos sabemos los míticos: Plata, dorado, verde, rojo, blanco, negro, violeta, azul…etc. Por separado, o todos juntos, eso ya como tu veas. Lo importante para estas cenas es no pasar desapercibido.

No estamos en la oficina un martes cutre de febrero sin ganas de nada y esperando que acabe el turno para irte a casa, no no. Estamos en esa cena en la que te toca en casa de tus padres
con todos tus hermanos, sobrinos, hijos, abuelos…etc. En la que luego te vas a tomar alguna copita. Que siempre se ve todo de otra manera. Así que tenemos que elegir el modelito perfecto.

Después de hacerme el maratón por todas las tiendas de Madrid, te puedo decir que las mejores apuestas son vestidos con toques especiales que marquen la diferencia. Por ejemplo: Vestidos divididos en mitad terciopelo mitad brillos. Una mitad mitad de toda la vida cuando estabas entre dos opciones de pizza, pero solo podías pagar una. Una elegante tela de satén, de esas que como te manches verás que gracia con unas plumas al final del vestido. Los clásicos lisos, pero con fruncidos en la tripa para dar formita a esas curvas o con ligeras aperturas en las piernas porque oye si toca toca. Son muy top 3 los vestidos que juegan con los cortes de una sola manga, parece que solo hace frío en una mitad de tu cuerpo, los tirantes de ambos o un solo brazo para lucir un parecido summer look, pero con 5 grados.

Los monos son y siempre serán un gran acierto. En el fondo es la mejor opción porque es con la que menos te comes la cabez a. Una única pieza que combina perfecta y te asegura que en
las piernas frío no vas a pasar. Pero este año, una de las mejores opciones para aquellas que no quieran pasmarse de frío con tops de tirantes o vestidos cortitos. Son los trajes. Pero tranquila, que no vas a llevar el traje de tu tío Manolo, no. Son trajes totalmente forrados de lentejuelas. Los tienes en beige para combinarlo con el champán que luego te vas a tomar, en negro más clásico, pero más ponible o eso te dices tu para convencerte de que lo vas a usar más que ese día, rojos, rosas, morados, el arcoíris en lentejuelas para no complicarte, pero si arriesgarte y combinarlo con todos los cubatas que luego te van a tirar encima en la fiesta.

En definitiva, la moda es como buscar pareja, tienes muchas opciones de primeras. Pero si luego quitas aquellas que puestas te decepcionan, la que te encantaba pero que se ha puesto de moda y ahora tiene todo el mundo y ya no te gusta. Los looks que ves por internet pero que cuando llegan no son como esperabas. El que parece que sí, pero no acaba de y al final lo dejas encima de la cama. Los clásicos que son como los ex porque siempre vuelven. Las novedad es que en principio te encantan pero que cuando te las has puesto más de tres veces ya te han cansado. Al final siempre vuelves a lo que quiere todo el mundo, algo que te defina, que te haga sentirte a gusto y con confianza, que enseñe que has llegado pero que te haga sentir segura.

POR PALOMA ALCÁZAR ESTEBAN